En ese momento en el que el tiempo parecía no existir, ambos se perdían en la mirada del otro, siendo esto una especie de imán, un imán mágico que hacía que sus bocas se acercaran poco a poco mientras su respiración se aceleraba, su corazón latía cada vez con más fuerza, cada vez más de prisa y cada uno profundizaba cada vez más en la mirada del otro.

Entonces, al tiempo que sus ojos se cerraban, sus labios se encontraban como queriendo reconocerse, como si todo aquello formara parte de un hermoso recuerdo difuminado entre la duda de que aquél fuese en realidad su primer encuentro; sintiendo la angustia de que aquel momento tan genuino, pudiera desvanecerse en cualquier instante, aferrándose el uno al otro expresando y sintiendo todo a través de esas delicadas caricias con los labios, y dejándose llevar, como si no hubiera un mañana...

Y aquella historia desafiante continúa

Recuerdos y emociones invaden su mente. Sólo puede sentir la música que corre por sus oídos hasta llegar a lo más profundo de su ser, donde cada nota, desdobla a su paso un fragmento de su memoria, seguido de otro en una secuencia interminable; dándose cuenta de que en ese momento, ya no es nada más que un espectador de su propio pensamiento. El aire frío que le abraza no es menos paralizante.


Ha despertado de un sueño, ha regresado a su cuerpo, aquel que su alma hubiera abandonado en busca del amor eterno. Qué desgracia, qué pesadilla la suya... Haberlo sentido, haberlo abrazado, haberse aferrado y haberlo visto desvanecerse ante sus ojos, en sus brazos, tras haber probado el elixir de sus labios, que se convirtió su veneno letal y su eterna maldición.


Parecía mentira que tras aquella interminable condena estuviera de vuelta donde todo había comenzado, era imposible que el tiempo se hubiese detenido a esperarlo, estaba confundido, todo en su memoria lucía tan real, tan preciso, pero sobre todo el vacío que ahora se hallaba en su corazón, le impedía dar crédito de que aquello fuera tan sólo el producto de un sueño.

Retomando viejos placeres

Escribir siempre ha sido una de mis pasiones en esta vida, la belleza de darle vida a las palabras a través de la redacción es un arte exquisito en el que me considero toda una novata cuyo mayor logro consiste en haber ganado en algún momento de su vida un par de concursos interpreparatorianos de cuento. Sin embargo es algo que disfruto, independientemente de si será o no leído por alguien más.

Por una cosa u otra, a veces nos alejamos de nuestros pasatiempos, abandonamos a nuestros placeres y sucumbimos ante las obligaciones. No es lo más sensato, por la propia naturaleza pasional del ser humano, y sin embargo utilizamos la racionalización para disculparnos y decirnos que no teníamos otra opción. La verdad, la única verdad es que siempre ha opciones y nosotros somos quienes decidimos hacer las cosas de una u otra manera, siendo todo, consecuencia de nuestro propio juicio y siendo finalmente nosotros, quienes nos atamos la soga al cuello o nos acomodamos el sendero para seguir adelante.

De vuelta a las letras, de vuelta a esta pasión.